Libertad de prensa: Guinea Ecuatorial, un Estado fuera de la ley en África Central

La loable iniciativa de la Federación de Periodistas de África Central (Fejac), bajo la dirección de su presidenta, la camerunesa Marion Obam, de incorporar a su redil a Gabón, la República Centroafricana y Guinea Ecuatorial, pone crudamente de manifiesto el desastroso estado de la libertad de prensa en esta última nación. La llamativa ausencia de Guinea Ecuatorial en el taller del 4 de abril en Yaundé no es un simple descuido administrativo: es la prueba de la metódica asfixia de todas las voces críticas y de la inexistencia de condiciones mínimas para el ejercicio del periodismo independiente bajo el régimen autocrático de Teodoro Obiang Nguema.

Por OLBIF

Marion Obam, la primera presidenta de Fejac, fue invitada al programa «Action Women» de CRTV Littoral el miércoles 23 de abril de 2025. El programa brindó a la Presidenta del Sindicato Nacional de Periodistas de Camerún (SNJC) la oportunidad de hablar sobre el estado de la libertad de prensa en su país y en la subregión. Sin ambages, la presidenta del Snjc, elegida para dirigir la Fejac el 4 de abril, pintó un panorama sombrío e intransigente. Guinea Ecuatorial es señalada explícitamente como un territorio en el que «no hay posibilidad de tener un sindicato». Esta realidad, en la que se niega la mera organización profesional de los periodistas, revela una voluntad implacable de amordazar cualquier forma de expresión colectiva y de mantener a la prensa bajo el control totalitario del Estado. Lo «único tolerable» son, en el mejor de los casos, las asociaciones, cuyo margen de maniobra e independencia están inevitablemente limitados por el clima de miedo y represión.

En el caso de Guinea Ecuatorial, la ambición de la Fejac de «recuperar a los miembros de estos países yendo a reunirse con las diferentes autoridades para que suavicen un poco la presión sobre la prensa, sobre las organizaciones de prensa, para que también puedan unirse a la Fejac» parece una misión casi imposible. ¿Cómo esperar una « distensión de la presión » de un régimen que ha hecho de la censura y la intimidación los pilares de su longevidad? La mera existencia de un sindicato de periodistas independientes, como el SNJC en Camerún, es una anomalía inaceptable para un gobierno que no tolera ningún cuestionamiento.

El principal objetivo de la Fejac, definido por Marion Obam – «promover los derechos, la seguridad y las normas profesionales de los periodistas; defender la libertad de expresión, la libertad de prensa y proteger a los periodistas» – choca con la brutal realidad de Guinea Ecuatorial. En un país donde la información está estrechamente controlada por el Estado, donde las voces disidentes son silenciadas por miedo a las represalias y donde se niega la existencia misma de una prensa libre, estos nobles objetivos suenan a quimeras.

Guinea Ecuatorial, con su ausencia forzada de esta iniciativa regional, se está posicionando como un paria para la libertad de prensa en África Central. Su negativa a autorizar la formación de un sindicato de periodistas independientes es un indicador inequívoco de su condición de régimen autoritario, en el que la transparencia y la responsabilidad, fundamentos de una sociedad democrática, se dejan deliberadamente de lado.

Al tiempo que Fejac se esfuerza por consolidar un espacio mediático regional más libre y seguro, Guinea Ecuatorial persiste en su aislamiento represivo, confirmando su condición de país que lleva mal la integración subregional, pero sobre todo el respeto de los derechos fundamentales y la libertad de expresión. La tarea de Marion Obam de «devolver» a Guinea Ecuatorial al redil de la libertad de prensa promete ser ardua, dada la determinación del régimen de Obiang Nguema de mantener su control totalitario sobre la información.