¿Hacía falta ir hasta China para “descubrir” cómo luchar contra el paludismo?

Mientras Guinea Ecuatorial sigue envuelta en suciedad, con ciudades que se asfixian entre basureros, aguas estancadas y servicios sanitarios colapsados, nos llega la noticia de que el vicepresidente de su padre, «Teddy«, ha firmado en China un acuerdo con la Universidad de Tsinghua para “luchar contra el paludismo”.

Uno se pregunta: ¿de verdad había que ir tan lejos para eso? ¿Hace falta subirse a un avión con una comitiva millonaria para entender que el paludismo prolifera en ambientes sucios, sin saneamiento, ni control epidemiológico, ni gestión sanitaria real?

Malabo, la capital del país, es una gran cloaca. Y no lo decimos con ánimo de exagerar. Basta recorrer sus barrios para ver los criaderos industriales de mosquitos: aguas negras, basura acumulada, pozos abiertos y calles sin drenaje. ¿Acaso el vicepresidente y su séquito no los ven? ¿O es que las ventanas de sus todoterrenos oficiales solo muestran el paisaje que les conviene?

Los alcaldes, todos ellos designados a dedo por el régimen, sin un solo voto ciudadano que los respalde, se dedican más a servir al poder que a gestionar sus ciudades. No hay políticas públicas locales, ni educación sanitaria, ni campañas efectivas de prevención. Lo único que hay es abandono. Y ahora, de repente, el régimen pretende vendernos que la salvación vendrá desde China. Otra milonga.

Además, cabe preguntarse: ¿acaso China tiene aún problemas de paludismo? No. Oficialmente erradicaron la enfermedad en 2021. Entonces, ¿por qué firmar con ellos ahora un acuerdo de “cooperación”? ¿Es porque realmente queremos aprender… o porque necesitamos justificar un viaje cuyo verdadero propósito sigue oculto bajo comunicados inútiles?

Porque no olvidemos el detalle: el vicepresidente partió rumbo a Asia con una maleta que contenía dos millones de euros procedentes del erario público. Ningún medio oficial lo menciona, pero las fuentes no oficiales, esas que siempre aciertan antes que el régimen reaccione, lo han confirmado. ¿Para qué llevar tanto dinero en efectivo? ¿Para firmar memorandos?

Mientras tanto, los guineoecuatorianos siguen enfermando, muriendo, sobreviviendo en barrios sin agua potable, sin hospitales funcionales, sin mosquiteras, sin fumigación. El problema del paludismo está en Guinea Ecuatorial. La cura también. Solo falta lo que este régimen jamás ha tenido: voluntad política y vergüenza.

El paludismo no se combate con fotos en China ni con titulares para distraer. Se combate limpiando las ciudades, invirtiendo en sanidad, y dejando de robar.

Nota de la dirección de Radio Macuto
Este artículo forma parte de nuestro compromiso permanente de exponer la hipocresía oficial y defender el derecho del pueblo guineoecuatoriano a una vida digna. No necesitamos promesas firmadas en Pekín. Necesitamos limpieza, transparencia y justicia. Cada viaje del poder, cada titular hueco, es una bofetada a quienes enferman sin medicinas y a quienes entierran a sus muertos bajo la indiferencia del régimen.