Dos alas de pollo, un cuello de pavo y dos tazas de arroz, la comida de Navidad que los Obiang dan a su pueblo


Por José Eugenio Nsue

En la etapa de triste memoria cuando por lo menos se racionalizaba la compra de chicharro que se transportaba en SAVIEM, camiones rusos de color rojo, conducidos y escoltados por los militares, se paraban en cada poblado y obligaban a todas las familias comprar con o sin dinero; según el número de miembros de cada unidad familiar, se le vendían 2, 3, 4 o más kilos. Ese camión frigorífico pasaba en el poblado de Akoc – Esawong sobre las 17h; cuenta mi primo, hoy claretiano, que viniendo de bañarse del río, un tío dijo: «N’GUÈ BA AWA KI MÀ BE CHICHARRO BE BAIÑ, BE BAIÑ; N’GUÈ BIA BE BWAN BÏ DJÌ ÉMU ANÁ» (ojalá me tiraran (dieran) aunque 2 chicharros, mis hijos y yo tendríamos qué cenar esta noche), a lo que mi primo le ‘increpó’ diciéndole: » tú también, tío-padre; en tu casa sois más de ocho personas, ¿qué haríais con solo 2 chicharros? Por pedir, ¿por qué no pides 2 o 10 cajas?»

Aquella anécdota viene a cuento con lo que pasa hoy con los guineoecuatorianos 46 años después. A los Obiang para demostrar el amor y cariño que tienen a su pueblo y haciendo práctico el espíritu navideño de sólida de lo católicos, confesos y practicantes que son, preocupados porque ningún guineano, ninguna sola familia pase las fiestas navideñas y fin de año sin tener nada que llevar a la boca y comer como Dios manda, han distribuido a la población unos manjares consistentes en 2 alas de pollo, 1 cuello de pavo congelados y 2 tazas de arroz a cada familia, no importa si la familia es o no numerosa, a todo el mundo le toca 2 alas, 1 cuello y 2 tazas; también han tenido a bien darles sus habituales y acostumbradas orientaciones de cómo optimizar sus magnánimas ayudas culinarias para que les cundieran: cocinar para la Navidad 2 alas de pollo y 1 taza de arroz y para el Año Nuevo, el cuello de pavo y otra taza de arroz.

Por el amor de Dios; ¿qué les pasa a los guineanos? ¿Por qué y cómo nos hemos caído tan bajo? ¿Qué es lo que tiene que pasar en este país para que la gente reaccione y diga basta ya de tanta tomadura de pelo? En Guinea, es casi imposible ver una casa en la ciudad o en el pueblo, una familia monoparental y con un solo miembro, en todas las familias, hay más de un miembro; si les dan a cada familia 2 alas de pollo, 1 cuello de pavo y 2 tazas de arroz, ¿quién va a comer y quién se quedará con hambre? Aun estando solo, ¿quién puede alimentarse con 2 alas de pollo y 2 tazas de arroz? ¿Por qué tenemos o tenéis que aguantar tantas humillaciones y tomadura de pelo?

En los vídeos e imágenes que circulan por las redes sociales, se ve gente agolparse en los barrios de las ciudades y en las Casas de Palabra (ABAHA) en los poblados cogiendo del suelo las alitas de pollo y cuellos de pavo alineados sin rechistar y con caras de satisfacción y agradecimiento.

Muchas veces he apelado al tipo de moral que se ha apoderado a los guineoecuatorianos y que practican sistemáticamente que Nietzsche llama ‘la moral de esclavos’, es decir aquellos que valoran exageradamente valores como la amabilidad, la humildad y la compasión; también habla de la moral del rebaño. El rebaño es la humanidad que sigue al pastor, a la creencia que todos persiguen, sin debatir siquiera su legitimidad; las personas que adoptan la filosofía/moral del rebaño se convierten en seres sin voluntad propia, que simplemente siguen a la multitud en lugar de tomar decisiones por sí mismos.

Así viven los guineoecuatorianos, practican la moral de esclavos, llevan una vida de esclavos, están convencidos que son esclavos y por eso llevan una vida de esclavos, se han resignados. Son amables, humildes y compasivos con sus verdugos, los Obiang,sus familiares y sus cuerpos y fuerzas de represión y torturas. Frente o contra a ellos, no son capaces ni siquiera de mirarles a los ojos, decir ni mu, ni moverse; en cambio con sus vecinos y semejantes son crueles, agresivos, despiadados, altaneros, hasta groseros. Ahí está la confusión; ¿cómo es los que son cobardes, incapaces de defender su honor y propia dignidad o luchar por su familia, ven cómo follan a sus mujeres y violan a sus hijos sin hacer nada y los humillan en público siempre; en cambio con sus semejantes son capaces hasta llegar a matar?

Y si por dignidad renuncian esa burla de comida de los Obiang y se quedan en sus casas o van a sus quehaceres, ¿qué les pasará? Y los representantes del sindicato del crimen organizado en los poblados y barrios que se aprovechan y esperan que lleguen esos momentos como las fiestas navideñas o las campañas electorales donde suelen aparentar ser magnánimos los Obiang y suelen ordenar que repartieran entre los pobres mentales esa broma de comida, en lugar de intentar hacerlo equitativamente, se quedan casi con todo, lucran con los alimentos montando negocios; igual que los miembros del Gobierno y dirigentes del gubernamental partido, ellos también se aprovechan de las suculentas migajas que caen de la mesa presidencial y con ellas maltratan, marginan y pasan del pueblo; van presumiendo obviando que en el país más del 80% de la población vive en el umbral de la pobreza. Parece como si se han olvidado cómo acabaron los incondicionales de Macías, sobre todo cómo fue el final de Macías y los suyos; ¿cómo está y dónde el dictador sirio, Bashar Háfez al-Ásad y todos sus colaboradores y familiares?

Otra prueba más del ninguneo que los Obiang muestran al pueblo de Guinea Ecuatorial. No me dirán que ninguno del triunvirato, Padre – Madre – Hijo, ha visto las bochornosas e inaceptables imágenes de los pobres ciudadanos y aldeanos recogiendo 2 alitas de pollo, 1 cuello de pavo y 2 vasos de arroz del suelo como en la Edad Media; si las han visto y no se les ha caído las caras de vergüenza, tampoco se han preocupado, ni molestado en preguntar a los organizadores de esa tomadura de pelo si eso es lo que les habían ordenado, quiere decir que son cómplices de ese trato a la población y están de acuerdo con él. Entonces todos aquellos que se quejan del trato recibido y exculpan a los Obiang, no dejan de ser más pobres mentales.

Haber, si se enteran de una vez esos les importa un carajo Guinea Ecuatorial. Nosotros los guineoecuatorianos somos los culpables de todo lo que nos está pasando y las humillaciones que somos objeto por los Obiang; no podemos ser como somos, aguantar lo que aguantamos, esperar sentados para que vengan los extraterrestres a salvarnos. ¿Dónde se quedaron el orgullo, la dignidad y la valentía de nuestros padres y antepasados? Nos merecemos un trato así; somos, yo no, sois realmente pobres mentales, además de cobardes. Os merecéis que paséis las navidades como perros mientras sigáis esperando que venga alguien para salvaros. Alucinante.

Así lo pienso y así lo digo; ¿qué os parece?

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