Diormina Mekuy Mba Obono: «Estoy en una situación embarazosa, pero con mucho dinero. Yo me merezco todo ese dinero y mucho más»

Por Nguema Emaga Eyui

¿Sabíais que tengo escrito un libro titulado ‘El llanto de la perra’? Os lo confieso. He llorado, llorado, llorado.

Perdonad la expresión: gocé como una perra y lloré como la perra de mi libro. ¿Qué son cuatro millones de euros y unos miles de francos para una pobre mujer que ha sufrido tanto como yo? He sido víctima de esos mendrugos. Espero poder disfrutar de lo que ya es mío.

«Os lo explico y seguro que lo entenderéis y me perdonareis: Sí, he huido con mucho dinero con la excusa de ir a curarme. La vida entre esa gente ya era insoportable. ¿Por qué no fui a un hospital del Horizonte 2020 a curar mis hemorroides sangrantes? No os voy a engañar: son una birria de hospitales. Aunque tarde, yo ya me he desengañado. En el PDGE hay miles de desengañados como yo; lo que pasa es que miran sólo por sus intereses. Quieren seguir comiendo de la mano de su amo, mi ex amo. Os puedo citar cientos de nombres. Y os llevaríais grandes sorpresas. Es un partido absolutamente corrupto y repleto de hipócritas

ME ENCANTABA ‘PECAR’

Sabéis que durante la II Guerra Mundial los japoneses utilizaron a las miles de mujeres de otros países como esclavas sexuales. Acabada la guerra, el gobierno japonés tuvo que indemnizar a todas ellas. Yo no quiero excusarme. El ‘pecado’ sexual me gustaba, como le confesé a nuestro obispo; el rollo sexual me encantaba y me sigue encantando, pero lo cierto es que yo era una esclava sexual del régimen, exclava sexual de vida alegre. Y pagaban mis servicios con cargos.

YO ERA UNA ‘MUJER KLENNEX»

Pero nunca he sido feliz. Empezando por el más vil y corrupto de los humanos de este mundo, Obiang Nguema Mbasogo, todos sus hijos y espíritus del PDGE me utilizaron. Yo era una ‘mujer klennex’ de usar y tirar como el papel klennex. Me hicieron de todo: incluso me sodomizaron y gomorrizaron. Tuve que participar en orgías sexuales en las que volaban las drogas de todo tipo, el alcohol y la semilla líquida. Yo era de las preferidas, la más perforada por todos los puntos o agujeros cardinales. Yo era ministra, más bien menestra de esas cabras y cabrones.

NO QUIEREN EL PROGRESO DE LOS GUINEANOS

Será muy difícil borrar la muy mala imagen que tengo. No seaís muy duros conmigo, sobre todo las mujeres que padecen la misma situación en ese infierno de corrupción que es el partido, el gobierno, el parlamento, las empresas, las embajadas. Estando en cama con padre e hijo, el que llamáis tonto con razón, me confesaron que no quieren el progreso de los guineanos. No lo quieren. Sólo disfrutan de sus riquezas si ven sufrir a la gente. Necesitan ver sufrir. Eso les hace felices. Están dispuestos a agotar todas las riquezas del país regalando dinero a todo el mundo y resolviendo los problemas de otros países con el dinero de los guineanos. Y los guineanos a aplaudir.

QUIERO INTENTAR REHUMANIZARME

Esa gente tiene miles y miles de dinero amontonado, almacenado. Esa gente está metida de lleno en el negocio de las drogas. Es la absoluta corrupción. Entendedme, mujeres. El dinero que me he llevado me lo merezco. Tengo que intentar rehumanizarme lejos del foco de inhumanidad existente en Guinea Ecuatorial. ¿Sabíais que tengo escrito un libro titulado ‘El llanto de la perra’? Os lo confieso. He llorado, llorado, llorado. Perdonad la expresión: gocé como una perra y lloré como una perra antes de decidir huir, antes de abandonar a mi gente que ya no es mi gente. ¿Qué son cuatro millones de euros y unos miles de francos para una pobre mujer que ha sufrido tanto como yo? He sido víctima de esos mendrugos. Espero poder disfrutar de lo que ya es mío».