¿A quién creen que engañan?
El Consejo Nacional de CPDS, que hoy da inicio en la ciudad de Bata, está envuelto en una controversia que pone en entredicho su legitimidad. Según lo establecido en los estatutos del partido, cada congreso elige a los miembros del Consejo Nacional por un período de cuatro años. Para ello, cada agrupación distrital y regional debe elaborar un listado de cinco miembros permanentes, los cuales son seleccionados por el secretario de organización de cada agrupación y enviados al secretario de organización del CPDS. Este procedimiento garantiza que la lista sea única e inalterable, salvo en casos de bajas o fallecimientos.
Sin embargo, lo que llama la atención en la convocatoria de este Consejo Nacional es que no está compuesto por los cinco miembros designados por cada agrupación distrital o regional. Esta anomalía plantea serias dudas sobre la transparencia y el respeto a los procedimientos internos del partido. En el orden del día de este Consejo Nacional aparecen mencionadas las agrupaciones regionales, distritales y la Comisión Ejecutiva Nacional (CEN), pero la realidad es que CPDS no cuenta con sus dos agrupaciones regionales, Biocam y Río Muni, desde el año 2016.
Esta situación plantea un interrogante evidente: ¿a quién pretende engañar Andrés Esono Ondo y su círculo cercano? La respuesta es clara: solo se engañan a sí mismos. La estructura del partido parece desmoronarse bajo una dirección que ha mostrado incapacidad para mantener la cohesión interna y la operatividad de sus agrupaciones.
La organización de mujeres y jóvenes dentro del partido es prácticamente inexistente. La falta de representación efectiva y la ausencia de datos concretos sobre el número de agrupaciones municipales y distritales vigentes reflejan la grave crisis de liderazgo que atraviesa CPDS. Andrés Esono Ondo, como secretario general, debería rendir cuentas sobre el estado real del partido en lugar de promover un Consejo Nacional cuya composición es cuestionable y ajena a los estatutos del propio CPDS.
