Mantente Informado y Participa en la Comunidad
Ingrese su dirección de correo electrónico a continuación y suscríbase a nuestro boletín
La Voz de Los Sin Voz
Guinea Ecuatorial: Un Estado secuestrado por la corrupción
Share your love
La corrupción sigue devorando a Guinea Ecuatorial. En el último índice de percepción de la corrupción 2024, publicado por Transparency International, el país ocupa el puesto 173 de 180 a nivel mundial, con un miserable puntaje de 13 sobre 100. Se encuentra así entre los cinco países más corruptos de África, junto a Eritrea, Libia, Somalia y Sudán del Sur, territorios marcados por conflictos armados y crisis humanitarias.
Este ranking no sorprende a nadie que conozca la realidad del país. La cleptocracia instalada en Malabo ha convertido la corrupción en un sistema de gobierno. Las riquezas nacionales, producto del petróleo, se dilapidan en lujos obscenos mientras la mayoría de la población sobrevive sin servicios básicos de salud, educación y agua potable. La justicia es un instrumento del régimen, y cualquier intento de denunciar la corrupción se paga con persecuciones, exilios o muertes.
A nivel del continente africano, 22 países han retrocedido en su puntuación con respecto al año anterior, y Guinea Ecuatorial es parte de esa tendencia negativa. El mensaje es claro: el régimen de Teodoro Obiang y su círculo de saqueadores continúan hundiendo al país en la corrupción sin el menor intento de reforma.
Mientras el resto del mundo avanza en la lucha contra este flagelo, en Guinea Ecuatorial la corrupción sigue siendo la norma, el mecanismo por el cual se gobierna y se perpetúa la dictadura.
La impunidad con la que operan los responsables del expolio nacional es un recordatorio de que el sistema político del país no está diseñado para servir al pueblo, sino para saquearlo. La llamada comunidad internacional no puede seguir ignorando esta realidad. Mientras Guinea Ecuatorial continúe en manos de ladrones de guante blanco, el país seguirá apareciendo en lo más bajo de todos los rankings internacionales que miden gobernanza, derechos humanos y transparencia. Y lo que es peor, su pueblo seguirá atrapado en una espiral de miseria impuesta por quienes dicen gobernarlo.
