Por Angel-Obama Obiang Eseng
En los días 4 y 5 del presente mes de junio, con ocasión del cumpleaños del fundador, TVGE emitió, como siempre es de esperar, los halagos y, sobre todo, las adulaciones al privilegiado cumpleañero. Aunque no se mencionaron específicamente, sí se hicieron insinuaciones sobre estupendas realizaciones de infraestructuras viales, las “viviendas sociales”, la ciudad de Oyala, la de Sipopo, el aeropuerto de Mongomeyen y un largo etcétera, que suelen conformar la gesta de “el enviado de Dios” para ser “el Padre de la Guinea Moderna”.
Alejandro Evuna Asángono, Santiago Nsue Beya y Agustín Nse Nfumu, bien atizados por el moderador para el fuego de la pelotilla del espacio, estuvieron muy a la altura de las circunstancias, ya que, entre otras razones, son testigos con conocimiento de causa: por una parte, desde ya antes -hacia la mitad de los años 60- coincidieron con el fundador en La Salle; el primero como joven funcionario adscrito al centro, y los otros dos como alumnos internos del mismo. Por otra, tienen la suerte de pervivir las “ensoñaciones” de la alegre memoria hasta hoy.
La Salle, en aquel entonces en un edificio muy emblemático e imponente en la ciudad de Bata, con el letrero “CENTRO LABORAL LA SALLE”, fue el referente que más aprovecharon los intervinientes en la apasionada tertulia para relacionarlo con el que más tarde, y a su manera, llegaría a ser presidente de Guinea Ecuatorial, nuestro país de todos. Uno de ellos recordó una anécdota en la que uno de los formadores, a raíz de ciertas fechorías infantiles, les reprochó diciéndoles que tuvieran presente que de ahí podrían salir “futuros dirigentes del país”. ¡Menuda coincidencia!
Como se sabe, dicho centro fue el primero de educación con proyección a una formación académica superior- ya existía el Seminario de Banapá para la formación religiosa de sacerdotes-, de bastante prestigio, incluso a nivel del África central, para la formación profesional o laboral pero con posibilidad de acceder a estudios universitarios. Más tarde, se convertiría en CARLOS LWANGA, para la enseñanza secundaria.
La directiva del centro nombró a Obiang monitor durante su paso por ahí, ante el colectivo de los demás alumnos internos -Agustín recordó el nombre de “manding” porque inspiraba respeto-. El futuro presidente superaría, siempre según ellos, las oposiciones para formar parte de los candidatos a primeros oficiales del primer ejército de la, próximamente, Guinea independiente. Hasta aquí, partiendo del esbozo con el que amenizaban los contertulianos sobre las proezas o virtudes de nuestro presidente fundador. Como siempre, queremos hacer constar, los que dirigen actualmente nuestro país, el fundador y sus adláteres, no dejan de asombrarnos con razonamientos poco o nada rigurosos.
En lógica nos enseñan que es paso ilegítimo “de poder ser a ser”. De “podéis ser los futuros dirigentes del país” no se puede llegar a la conclusión de que así será necesariamente porque no hay relación de causa y efecto. El hecho de que coincidan los mencionados sucesos y se resalte es, simplemente, interesado o tendencioso; ocasión para adular y sacar a la luz, y con bajeza, las habilidades de las que se han servido para sortear estar siempre con los que mandan.
Fue bastante llamativo el hecho de que no se nos hablara del recorrido del fundador desde su formación en la academia de Zaragoza, Reino de España, pues consta, entre otras cosas, que fue uno de entre los demás que salieron para dicha formación, de la referida carrera militar, desde, entonces, llamada Guinea Española; tampoco se nos dijo nada de su recorrido, tanto político como militar, hasta llegar a ser lo que es hoy en día.
Hubiera sido interesante escuchar de los señores Nsue Beya, Nze Nfumu y Evuna Aságono hablar de las elogiadas infraestructuras desde el punto de vista del desarrollo humano: la sanidad, la educación, las instalaciones de luz, el de agua potable y el transporte público brillan por su ausencia, teniendo en cuenta los ingresos que generan la explotación de los recursos naturales realizada bajo el control absoluto del presidente fundador. En otro orden de ideas, trataremos de remirar, de manera muy somera, lo de la gestión de la pandemia Covid-19 por parte del régimen, que es de actualidad. Como lo señalamos la última vez, es totalmente falta de altura necesaria para dirigentes de un país aprovechar una situación grave como esta para hacerse su agosto, a saber: reparto de dinero, víveres y demás de parte del gran movimiento de masas, PDGE, después de la entrega solemne de migajas a los demás partidos “para su militancia”de parte de su fundador. Es como si estuviéramos en campaña electoral a la “ecuatorguineana”, una total aberración. No implicar a los partidos de la oposición real, para dicha lucha, es el cariz que confirma la perversión del régimen, que siempre denunciaremos.