Desde Bata con dolor

Por Nvo Zang Okenve

Dolor por las decenas de personas encarceladas, por las torturadas, por las vilipendiadas. Por las asesinadas, que los debe haber porque hay desaparecidos.

Desde Bata con dolor. Aquí hace un calor del infierno. Las calles siguen siendo sucias y feas, las casas sin terminar, los militares vestidos con mil uniformes no estando de servicio.

Desde Bata con dolor. Un aeropuerto que no funciona, no saben facturar, la terminal esta llena de barrotes como una cárcel. Estúpido y criminal el que hizo esta cárcel de terminal aeroportuaria, al lado de otro que no se usa y que se llevó su dinero, obras inútiles y feas, gritos, empujones, malos olores, gente mal encarada…. Bata ha ido para atrás en civilización.

Desde Bata con dolor. Si alguna vez se va el dictador y su gente, habrá que recoger la mierda que han dejado durante meses. Yo desde luego no pienso vivir aquí después de sanear este país y esta ciudad. Los efluvios que queden me pondrán enfermo. Aguanto porque tengo una misión que me encomendó el demonio.

Desde Bata con dolor. Esta ciudad es la capital del fang y se nota. Pero del fang enfanguizado por el dictador: nadie sonríe, nadie da los buenos días, nadie saluda, nadie dice gracias y todos desearían tener cuchillos cachicuernos para pasarlos sobre los demás. Es verdad: esto es una puta mierda de ciudad, gobernada por un tipo muy feo al que le supera Boo Kamo y que debería figurar en el libro Guinness de las ciudades más miserables, feas e infernales del mundo.

Desde Bata con dolor. Si yo viviera aquí un año seguido, acabaría colgando a las gallinas y perros de mi barrio, porque los hombres pesan demasiado. Si, acabaría volviéndome loco. Y para colmo los chinos, que hablan un español incomprensible, a gritos y que sin embargo son amigos. Si señor, todos los chinos son amigos, amigo chino es como se llama aquí a todo chino comunista. Lo curioso es que ellos parecen encontrarse a gusto en esta tórrida colmena de la locura habitada por robots o muertos vivientes.

Si asimismo hubiera conocido esta Bata de los Obiang, lo habría ubicado en un planeta inhóspito donde nadie quiere ir, un planeta rodeado por una atmósfera de argón ligero de razón, pero denso de odio.

Hoy han abierto, dicen, el parlamento guineano de las, dicen, ultimas elecciones. Los muertos vivientes aplauden los nombramientos, como si fueran niños al recibir las golosinas del gobernador. Patético. Parece mentira que los Moaba Mesu hayan sido personas alguna vez, que hayan sido niños que pensaron alguna vez, pues de mayores sus cerebros han sido aspirados por la maquina de Akoakam. Todos viven en la falsedad, aplauden falsamente y se llenan la boca de excelentísimo excelencia. Las muertes acá han crecido, la gente se muere de odio acumulado e inútil.

Yo tengo ira, eso que los guineanos parecen haber perdido de tanto odiar sin dar salida a sus penas.

Desde Bata con dolor. Gracias a la ira puedo continuar viviendo en Bata. Cuando se me suavice la ira, tendré que salir corriendo para España porque será clara señal de que me estoy convirtiendo en un muerto viviente.

No hay ciudad más deshumanizada que Bata, que crea y expande el dolor sobre nuestras almas, las de aquellos que todavía las tenemos.