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La Voz de Los Sin Voz
Dos contenedores, veinte fotos y cero vergüenza es el nuevo avance sanitario de Malabo
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Si en Guinea Ecuatorial existiera un Ministerio de la Fotografía Oficial, Mitoha Ondo’o Ayekaba sería su ministro vitalicio. A falta de hospitales equipados, el régimen inaugura cajas. Esta vez, dos contenedores de 40 pies donados por la petrolera Chevron bastaron para convocar cámaras, discursos, apretones de manos y un despliegue digno de una cumbre internacional.
La prensa aduladora no decepcionó: los hospitales de Sampaka y Luba “se benefician”, así lo dicen, de material sanitario y equipos “de alta prioridad”. En la práctica, eso significa que los pacientes seguirán llevando gasas desde casa, los familiares continuarán comprando suero a la salida del hospital y los médicos seguirán trabajando con lo que haya. Pero las fotos, eso sí, salieron perfectas.
En la imagen, Mitoha con mascarilla quirúrgica y gesto de prócer, estrecha la mano del representante de Chevron frente a una caja abierta que contiene batas, mascarillas y, probablemente, la dignidad nacional extraviada entre los pliegos del celofán.
El ministro instó a “un inventario riguroso” del material, frase que suena a comedia en un país donde los almacenes públicos tienen más polvo que equipos. De paso, aprovechó para “supervisar” el nuevo almacén construido por Magrover, empresa que parece especializarse en desaparecer presupuestos con la misma velocidad con que el régimen desaparece promesas.
Chevron, por su parte, cumple su papel de siempre: la compañía que se lleva el petróleo regala tiritas al pueblo. Es la versión tropical del capitalismo solidario: ellos saquean, el régimen agradece y el pueblo aplaude con fiebre.
Nadie ha revelado cuánto costó la ceremonia, pero todo apunta a que el cátering y las pancartas salieron más caros que las propias donaciones. Entre discurso y discurso sobre “la mejora urgente del sistema sanitario”, el ministro olvidó mencionar que el verdadero plan de salud sigue siendo la suerte.
En Guinea Ecuatorial, donde las prioridades se miden por aplausos, una caja de gasas equivale a un hospital nuevo y una foto, a una reforma sanitaria.
Radio Macuto se une a la ovación con una pregunta: ¿Cuántos contenedores más harán falta para curar la vergüenza de un gobierno que solo sabe inaugurar lo que otros regalan?
