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La consultora Bioko Consulting, propiedad de Gabriel Mbega Obiang Lima, hijo del dictador apartado del Ministerio de Minas e Hidrocarburos tras las disputas sucesorias, anunció este 2 de septiembre la ampliación de capital de su alianza con el Banco Asiático de Inversión y Desarrollo (ADIB) y una enigmática entidad denominada Kia Asia. Los fondos, inicialmente fijados en 1.000 millones de dólares, se elevan ahora a 5.000 millones, destinados a energía, infraestructuras, minería y comunicaciones.
ADIB, con sede en Malasia y fuerte respaldo del Estado chino, es una institución financiera real y de peso; maneja activos por más de 350.000 millones de dólares y participa en proyectos de la Iniciativa de la Franja y la Ruta. Su implicación añade un poco credibilidad a este anuncio, confirmado incluso en medios chinos. Muy distinto es el caso de Kia Asia, de la que apenas hay registros claros en fuentes financieras internacionales. Un socio fantasma que suscita preguntas sobre la transparencia de esta supuesta “alianza histórica”.
Entre los proyectos más sonados está la creación de una aerolínea con socios alemanes y sudafricanos, que contaría además con el respaldo estratégico de la mayor aerolínea nigeriana. Según la versión oficial, este proyecto podría “sacar al país del bloqueo” en el que vive desde hace décadas, conectando a Guinea Ecuatorial con nuevos mercados y rutas internacionales.
El comunicado no se limita a cifras: se habla ya de reclutamiento de personal administrativo en Guinea y Ghana, como parte de los preparativos inmediatos. La consultora insiste en que esta vez el proyecto “será algo serio”, subrayando que los chinos y malasios supervisan todo para garantizar credibilidad y rigor en la ejecución.
Sin embargo, el escollo sigue siendo político: la aerolínea está “muy avanzada”, aunque falta la aprobación de “arriba”. Y en Guinea Ecuatorial eso significa depender del visto bueno de Teodorín, vicepresidente de su padre y rival directo de Mbega en la guerra sucesoria.
Fuentes consultadas lo resumen con frialdad: “La consultora gestiona los fondos y los inversores deciden a quién ofrecer el capital. Por ahora Ghana y Burkina Faso ya han presentado proyectos. Espero que haya propuestas que cumplan con las condiciones como para conseguir la financiación y crear empleo».
El anuncio de los 5.000 millones y la promesa de la aerolínea suenan rimbombantes, y hasta cuentan con la bendición de medios chinos. Pero en Malabo todos saben que ningún avión despega y ningún dólar aterriza sin el beneplácito del Palacio La Colina, donde la primera en todo es quien corta el bacalao y necesitarán su sello.
Lo más llamativo es la rapidez y la repetición: hace menos de dos semanas, en Pekín, Mbega ya escenificaba un acuerdo con las mismas empresas, entre fotos, memorandos y promesas millonarias. Ahora reaparece en Malabo con cifras infladas y la supuesta aerolínea como novedad. Al final, no estamos ante proyectos para Guinea Ecuatorial ni para África, sino ante la carrera personal de un hijo del dictador por seguir vigente en la sucesión.
En esta página lo tenemos claro: ningún hijo del sátrapa merece crédito.