
El joven que denunció a Enbasa en Bata es maltratado en su pueblo natal con la complicidad del Delegado de Trabajo
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Según fuentes que no han querido revelar su identidad, Venancio Sebastián Eworo, el joven que destapó el escándalo de los productos caducados de Enbasa en Bata, ha sido víctima de maltrato en su pueblo natal, Nzung Bokueñ (Evinayong). La agresión fue perpetrada por familiares del Delegado de Trabajo de Bata, Luis Ndong Nguerre, primo del joven y originario del mismo pueblo.

La visita de Venancio a su localidad natal fue aprovechada por los allegados del Delegado para consumar las amenazas que este ya le había dirigido tras la denuncia pública contra Enbasa. Según las mismas fuentes, el motivo es claro: la valentía del joven no solo expuso la venta de productos caducados, sino que además le valió un premio de un millón de FCFA, gesto que irritó al Delegado porque la denuncia supuso un perjuicio económico para sus bolsillos, al ser cómplice directo de la empresa.
Tras la denuncia, Enbasa despidió al joven sin abonarle la indemnización correspondiente. Y como si la injusticia laboral no fuera suficiente, ahora la persecución alcanza a Venancio en su propio pueblo, donde las represalias se transformaron en violencia física.
El caso revela, una vez más, cómo el régimen y sus representantes convierten en enemigos a quienes defienden el interés público. En Guinea Ecuatorial denunciar un delito no significa obtener justicia, sino enfrentarse a represalias, despidos y palizas.
El coraje de Venancio Sebastián Eworo debería ser un ejemplo. Pero en un país secuestrado por la corrupción, su ejemplo se castiga en lugar de protegerse.











